Las gafas de sol son unos de los complementos favoritos del verano. Casi todo el mundo las lleva, pero hay que tener cuidado con las que no están homologadas. También resulta interesante conocer qué tipos de filtros son recomendables. Como recuerda la asociación Visión y Vida, «no sólo deben escogerse por criterios estéticos, sino también por sus propiedades ópticas y fundamentalmente por sus características protectoras de las radiaciones ultravioleta (UV)».
Un tipo de filtro para cada situación, ya que existen cinco categorías diferentes de filtro atenuador solar, que va desde el filtro 0 (con una absorción de la radiación visible menor al 20%) hasta el filtro 4 (de absorción prácticamente completa). En todos las casos con protección de la radiación UV pero, para elegir entre uno y otro, es necesario conocer el uso que le vamos a dar a las gafas.
Si queremos protección en alta montaña o nieve, hemos de adquirir unas lentes muy oscuras, de filtro 4, que, sin embargo, son incompatibles con la conducción». En cambio, si somos urbanitas y nos gusta llevar gafas siempre, aunque el día esté nublado, debemos decantarnos por unas lentes ligeramente coloreadas de categoría de filtro 0, 1 ó 2. Las primeras lentes, muy claras, atenúan hasta el 19% de la luz, válido en días cubiertos o para su uso en interior; y el filtro 1, de lentes ligeramente coloreadas, atenúan entre el 20% y el 56% de la radiación solar. Las polarizadas son recomendables para lugares donde pueden producirse muchos destellos que nos deslumbren, como por ejemplo en la playa, donde con un filtro 3 sería suficiente en un día soleado.
Por otro lado, lentes amarillas y naranjas sirven, por ejemplo, para la conducción nocturna. Los especialistas señalan que los cristales marrones, grises y verdes son los que menos alteran los colores de visión. El verde (en día soleado) y el naranja (en nublados) serían los más aconsejables para miopes y el marrón para personas operadas, por ejemplo, de cataratas.
Los expertos observan con preocupación como en los últimos años ha crecido además la incidencia de cataratas en población joven y el número de tumores en la piel de los párpados. «Resulta extraño, pero se trata de una zona muy sensible y el cáncer de piel es una de las primeras consecuencias de una exposición sin protección», destaca el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optomestristas (CGCOO).
Fuente: 20minutos.es